| Manos que rezan - DURERO |
Madre Domitila era una persona de profunda vida interior, y deseaba que así también viviéramos sus hijas, unidas al Señor, que Él fuera el centro de nuestra vida, que toda nuestra jornada transcurriera con el corazón y los ojos fijos en Él, especialmente en los ratos dedicados especialmente a la oración. Nos dice en el Directorio:
"Para hablar íntimamente con Dios, hay que ponerse en contacto con Él, para lo cual sirve la preparación que consiste en darse cuenta más explícita de la presencia de Dios y orientarse hacia Él por medio de algún pensamiento" (Directorio II - La Oración).
Pensar en el Señor. Él es Quién vive en nuestro corazón. Nuestra vida está orientada hacia Él. Que como nuestra Madre Domitila y como la Virgen vivamos siempre con Jesús en el corazón.
| La Virgen María con Jesús en el Corazón |
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