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María Faustina Kowalska |
Hoy estamos en el sábado de la octava de Pascua, en los ocho días posteriores a la gran fiesta de la Resurrección de Jesús. Son como un solo día prolongado, una gran celebración.
Antes, el domingo segundo de Pascua recibía el nombre de "Domingo in albis". o domingo de "Quasimodo". Tras la canonización de sor Faustina Kowalska, el 30 de abril del año 2000, san Juan Pablo II dijo: "Es importante que acojamos íntegramente el mensaje que nos transmite la palabra de Dios en este segundo domingo de Pascua, que a partir de ahora en toda la Iglesia se designará con el nombre de Domingo de la Divina Misericordia".
San Juan Pablo II falleció precisamente un sábado por la tarde de la octava de Pascua. Era el 2 de abril del año 2005, ya era el atardecer en Roma, por tanto, litúrgicamente ya era domingo, y ya estaba celebrándose la fiesta de la Divina Misericordia.
Dios es grande y su Amor es inmenso, es misericordioso, nos ama a todos. Santa Faustina transmitía estas palabras de Jesús: "Cuánto más grande es el pecador, tanto más grande es el derecho que tiene a Mi misericordia". Confiemos en el Amor sin límites del Señor y no quedaremos defraudados. Sigamos los pasos de la Virgen y de todos los santos en su abandono confiado en las manos del Padre. Somos pequeños, débiles, pecadores..., pero si miramos a Jesús y confiamos, Él hará maravillas.
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San Juan Pablo II |
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